El Parque de Aiete de Donostia, con 74.000 metros cuadrados, es uno de los grandes pulmones de la ciudad.
Como su nombre indica, se ubica en el barrio de Aiete, una de las zonas altas de la ciudad. A ella, se accede subiendo por los diferentes caminos y carreteras que parten desde el centro de la ciudad o el Paseo de la Concha.
A pesar de estar alejado del centro, desde el Hotel La Galería te recomendamos dedicar unas horas de tu viaje a conocer este parque, sus preciosos espacios verdes, el Palacio y la historia que rodea a su construcción y las personas que lo utilizaron.
Una residencia para veranear en San Sebastián
El Parque y el Palacio de Aiete se construyeron de forma conjunta en 1878 por orden de los Duques de Bailén, con el objetivo de tener un lugar donde alojarse durante sus estancias en San Sebastián.
Los historiadores no saben con certeza quién fue el arquitecto del Palacio de Aiete, aunque todas las miradas apuntan al francés Adolfo Ombrecht. Él sería el autor de esta bella mansión clasicista y de estilo francés. Una maravilla llena de detalles en forma de esculturas, ornamentos, ventanales…
A finales del siglo XIX el Palacio de Aiete pasó a ser la residencia de verano de la corte real del Alfonso XIII.
El monarca pasó aquí los veranos hasta que se inauguró el Palacio de Miramar y pasó a disfrutar de una ubicación mucho más céntrica para pasar sus vacaciones. Nada más y nada menos que en plena Bahía de la Concha.
Entre los años 1940 y 1973 el Palacio de Aiete fue el lugar elegido por Francisco Franco para pasar los veranos en San Sebastián.
Al contrario que el rey, prefirió la discreción del enclave del Parque de Aiete para viajar con su familia y reunirse con el consejo de ministros.
Hoy en día, el Palacio es la sede de la Casa de la Paz y los Derechos Humanos, acogiendo un servicio de gran simbolismo en el ámbito político y social.
Un parque con la firma de Pierre Ducasse
El autor de los jardines del Parque de Aiete fue Pierre Ducasse. Este famoso jardinero puso su creatividad al servicio de San Sebastián durante muchos años, diseñando también otros parques públicos y propiedades privadas. Como por ejemplo, la Plaza Gipuzkoa, ubicada en el corazón de la ciudad.
Sus parques son de estilo romántico, con muchos jardines, estanques y trazados sinuosos. Son muy característicos de la época.
En el Parque de Aiete destaca la riqueza botánica del parque con más de cien especies vegetales: magnolios, araucarias, secuoyas, gingkos, robles…
En estanque central es el corazón del parque. Allí conviven patos, cisnes, tortugas y ranas. Abre bien los ojos, seguro que las ves a la orilla del estanque.
Otro de los puntos de visita obligada en el Parque de Aiete es una gruta con cascadas artificiales, cuya agua desemboca en otro estanque ubicado en una altura inferior. Un espacio precioso para disfrutar de forma relajada, sólo o en pareja…
El parque de Aiete invita a perderse por sus numerosos caminos y disfrutar de la naturaleza…
Esta escultura de acero corten se ubica muy cerca del Palacio de Aiete, haciendo referencia al tiempo transcurrido entre el año 1936 y 1975. Año de inicio de la guerra civil y el final de la dictadura.
A pocos metros de allí está plantado este árbol, que creció de las semillas procedentes del jardín de la casa en la que vivió Anna Frank durante el nazismo. Puedes leer la placa conmemorativa, con un bonito poema.
En uno de los laterales del Parque hay un espacio dedicado a los Derechos Humanos. En los diferentes tótems que ves en la fotografía podrás leer fragmentos de la declaración universal de los derechos humanos.
Con el paso de los años el Parque y el Palacio de Aiete han ido evolucionando para adaptarse a las nuevos tiempos y necesidades de la ciudadanía. El caso más evidente es la Biblioteca Municipal del barrio, construida de forma magistral bajo los terrenos ubicados frente al Palacio de Aiete.
Una obra que se integra de forma natural en el espacio, sin ser excesivamente agresiva con el entorno y creando un espacio de gran utilidad para los vecinos del barrio.
Se han generado otros espacios para el ocio infantil, como este parque de con superficie de arena y varios elementos en forma de ginkana. Perfecto para que los niños disfruten de un momento divertido.
Como puedes ver, en el Parque y Palacio de Aiete confluyen naturaleza, historia, cultura, botánica, ocio… Un lugar que, si dispones tiempo, te recomendamos incluir en la ruta de tu viaje en San Sebastián.